miércoles, 20 de abril de 2016

Cuando oramos, nos entregamos como hijos de Dios, nos ofrecemos de corazón, como del mismo modo mostramos gratitud, sumisión, contrición, actitudes que son verdaderas solo si van con sentimientos, por ello, nos nace el deseo de glorificar a Dios.
           
Si la oración se hace desde nuestro corazón y para que se produzca desde nuestro corazón debemos estar preparados y la mejor manera de prepararnos es estar en un estado de paz, donde estés tranquilo y nadie te esté presionando ni molestando, también debemos de tener en cuenta que cuando hacemos oración nos estamos transformando, esto quiere decir que estamos creando nuestra nueva forma de ser y de pensar.
           

Lo que más hacemos es recurrir a las oraciones que nos son conocidas y usamos más seguido, tenemos en libros, estampas y libros sagrados como la biblia, son ellas las que nos van educando para la hacer la oración y el espíritu, para esto también necesitamos preparación esto es ir preparándonos para cuando tengamos la oportunidad de verlo cara a cara, eso significa que no podemos llegar a él si no estamos preparados.

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